viernes, 29 de abril de 2011

Fotografías en movimiento

*importante, clickar en la foto para verla en movimiento
La fotógrafa Jamie Beck ha creado una serie de fotografías que parecen sacadas de la propia saga de Harry Potter. Una serie de fotografías digitales con un sutil movimiento, creando una sensación de congelación en el tiempo a la vez que de vida en él. Las fotos no tienen ningún desperdicio. ¿Quién dice que en un futuro no podremos imprimir o revelar esto y vivirlo en nuestras manos?

Más fotos aquí http://www.blckdmnds.com/jamie-beck-e-suas-fotografias-em-movimento/

Paula Ahumada

jueves, 21 de abril de 2011

Filosofía muerte

RESUMEN
Sabater nos empieza contando la primera vez que comprendió que se tenía que morir, cuando tenía 10 años, a las once de la noche se levantó sobresaltado y se dio cuenta de que iba a morir. Todos iban a morir, pero las muertes de los demás no serían nada comparadas con su muerte. La reflexión que hace acerca de este hecho es que el darte cuenta que vas a morir es una propia parte de la muerte. A partir de esta consciencia de que iba a morir empezó a pensar, a pensar personal no alquilad.
Dos años antes a este momento ya había visto su primer cadáver en una iglesia, lo primero que pensó fue que ese hombre estaba en el cielo, pero por el contrario no es lo mismo ser un espíritu por bueno que sea que vivir en un mundo físico.
Por un lado la conciencia de la muerte nos hace madurar ya que crecemos cuando la idea de la muerte crece dentro de nosotros. Por otro lado la incertidumbre de la muerte nos humaniza ya que nos convierte en verdaderos humanos, mortales.
Los griegos establecían una clasificación para considerar algo o alguien mortal, las plantas y animales no lo son porque no saben que van a morir. Por lo tanto no es mortal quien muere sino quien está seguro de que va a morir. Los auténticos vivientes somos los humanos porque sabemos que dejaremos de vivir y en eso consiste la vida. Algunos dicen que los dioses son inmortales, pero no se dice que están vivos (sólo a Jesucristo, pero murió como todos nosotros).
Todo lo que hacemos en la vida es para evitar morir, si la muerte no existiera habría mucho que ver y mucho tiempo, pero muy poco que hacer y nada en que pensar. Los aprendices de filósofos suelen iniciarse en el razonamiento lógico con este silogismo:
Todos los hombres son mortales;
Sócrates es hombre
Luego
Sócrates es mortal.
La muerte es personal e intransferible, nadie puede morir por nosotros, como no podemos retrasar ni cambiar la muerte de una persona por la de otra, la muerte es a la vez lo más individualizador e igualitario: en ese momento nadie es más ni menos que nadie.
Otra cosa más sabemos de la muerte, morirse no pertenece a persona s mayores ni enfermas, desde el primer momento que empezamos a vivir estamos preparados para morir. Por muy sanos que estemos no es raro morir y no es algo raro. Montaigné lo señaló muy bien: ”No morimos porque estemos enfermos sino porque estamos vivos”. Esto quiere decir que siempre estamos a la misma distancia de la muerte, nadie puede sentirse medio muerto de verdad. Resumiendo lo fundamental de la muerte es que nunca podemos estar a resguardo de ella la muerte aunque no siempre sea probable, siempre es posible.
Todo lo que sabemos acerca de la muerte es muy seguro, pero nadie puede contar como se vive desde uno mismo, se suele saber lo que es morirse, pero no lo que es morirme. Pero para dar sentido a la muerte e intentar explicar un poco el morirme siempre ha estado la religión, si la muerte no existiese no habría dioses.
Las leyendas más antiguas no pretenden consolarnos de la muerte sino intentar explicar cómo evitarla. Pone 2 ejemplos: la historia del héroe Gilgamesh y su amigo Endiku y la Odisea de Homero. En cambio otras posteriores como la cristiana, prometen una existencia más feliz y luminosa que la vida terrenal para los que cumplan los preceptos de la divinidad ( al contrario para los que no les cumplan). Además de las religiones y creencias también explica las posiciones de Miguel de Unamuno y Jugo. La forma de más sobria de afrontar este hecho: sabemos que vamos a morir, pero no podemos imaginarnos muertos, la utiliza William Shakespeare en Hamlet.
La suposición que todos tenemos acerca de lo que podría haber después de la muerte, se la tuvieron que inventar nuestros antepasados al observar el parecido entre una persona dormida y una muerte, por lo que las ideas del paraíso, el infierno y demás vienen dadas por los sueños, como la obra de Calderón de la Barca, “ la Vida es Sueño “.
Cuando alguien muere sentimos dolor, pero cuando pensamos en nuestra muerte sentimos miedo. Algunos temen que lo que haya después de la muerte sea aterrador, otros por el contrario piensan que no hay nada, más aterrador aún ya que es mucho peor no ser nada que ser alguien que vive en malas condiciones. Acerca de esto Sabater nos explica las reflexiones de Epicuro. Además de Epicuro, también explica unos versos de Lucrecio que hablan sobre lo terrible que es ser o no ser. Como todo en esta vida surgieron objeciones a Lucrecio, alguna de ellas precisamente por lo observado por Lichtenberg.
Aunque la muerte nos convierte en pensadores ya que nos obliga a pensar todavía no sabemos que pensar de la muerte, Rochefoucauld dijo que nuestra inaugurada vocación de pensar se ve estrellada por la muerte ya que no sabemos por donde cogerla. Vladimir Jankélevitch, un pensador contemporáneo, nos indica que a la hora de plantearse la muerte hay dos posturas: la siesta y la angustia. Hay en castellano una copla que se orienta más bien hacia la siesta:
Cuando algunas veces pienso
que me tengo que morir,
tiendo la manta en el suelo
y me harto a dormir.
Por el contrario Spinoza, uno de los mayores filósofos considera que este bloqueo no debe desanimarnos: ” Un hombre libre en nada piensa menos que en la muerte y su sabiduría no es una meditación de la muerte, sino de la vida “.
Para concluir nos indica que la muerte nos ayuda a pensar, pero no sobre la muerte, sino sobre la vida.
CONCEPCIONES DE
LA MUERTE SEGÚN :
PLATÓN: Platón considera que filosofar es prepararse para morir, pero prepararse para morir no es otra cosa que pensar en la vida(mortal en que vivimos. El saber que vas a morir es lo que hace que tu vida sea única e irrepetible. Todos las tareas y empeños que hacemos o ponemos en nuestra vida lo utilizamos para resistir ante la muerte. Es la conciencia de la muerte la que convierte la vida en un asunto muy serio para cada uno.
CRISTIANISMO: Al contrario que las leyendas más antiguas que intentaban explicar la inevitabilidad de la muerte, el cristianismo promete una existencia más feliz y luminosa que la vida terrenal para quienes hayan cumplido los preceptos de Dios, si no se cumplen se tendrá una existencia de refinadas torturas. Lo que quiere decir que si cumples las leyes establecidas por Dios tendrás una existencia (que no es vida porque no estamos hablando de otro mundo material) feliz y tranquila, pero si en la vida no haces caso a esas leyes y no te mereces ese acceso a la vida feliz, tu existencia será una amargura constante.
EPICURO: Este sabio con su obra Carta a Meneceo, trata de convencernos de que no hay que tenerle miedo a la muerte si reflexionamos sobre ella. Epicuro afirma que los verdugos y horrores infernales no son mas que fábulas que no deben asustarnos a la hora de pensar en la muerte ya que nunca vamos a coexistir con la muerte, si estamos nosotros no puede estar la muerte y al contrario. Es decir según Epicuro nos morimos, pero nunca estamos muertos. Lo temible sería si coexistiésemos con la muerte y quedarse de algún modo presente, pero sabiendo que uno ya se ha ido del todo.
LUCRECIO: Lucrecio planteaba que si habíamos estado tanto tiempo sin ser ( antes de nacer ), si volviésemos al mismo sitio ( si existe ) del que partimos. Esto lo constató con unos versos inolvidables:
Mira también los siglos infinitos
que han precedido a nuestro nacimiento
y nada son parar la vida nuestra.
Naturaleza en ellos nos ofrece
como un espejo del futuro tiempo,
por último, después de nuestra muerte.
¿Hay algo aquí de horrible y enfadoso?
¿No es más seguro que un profundo sueño?
Preocuparse por los años y los siglos en que ya no estaremos entre los vivos es como preocuparse por los años que han precedido nuestro nacimiento. Ni antes nos dolió, ni después nos dolerá. Deberíamos reflexionar más acerca del nacimiento que tiene igual relevancia que el asombroso hecho de la muerte.
CONCEPCIÓN PERSONAL DE LA MUERTE
Habiendo visto las diferentes posturas que Sabater nos expone, he sacado de conclusión que la muerte condiciona la vida, la muerte no es un hecho puntual que sucede cuando estamos viejos o enfermo, sino que es una constante amenaza que la intentamos dar la espalda, pero siempre está ahí y algún día dejaremos de vivir, pero una puntualización acerca del momento de la muerte es que no es un dolor, sino el fin de la existencia terrenal , ya que demás existencias (no vidas) nunca se podrán demostrar, pero para ello están las creencias. Según dice Lucrecio cuando morimos parece más importante que cuando nacemos, pero debería de ser lo mismo.
La muerte condiciona la forma de vida y a la hora de reflexionar acerca de la muerte creo que no hay que ponerse en ninguna de las dos posturas extremas que indica Vladimir Jankélevitch, la de la siesta y la de la angustia sino que hay que valorarla como algo que nacemos con ello y que vamos a seguir hasta que ello nos pare y cesemos de vivir. Por lo tanto debemos aprovechar la vida y no esperar ya que la muerte no la podemos evitar y no sabemos cuando nos va a llegar.
Yo creo que la muerte puede ser un fundamento para pedir la igualdad de las personas, en la vida puedes hacer mucho y llegar a ser alguien importante, pero qué pasa cuando llegue la muerte, el dinero y el poder no te van a ayudar en nada, además por mucho dinero que tengas no vas a poder utilizar a otra persona para que muera de tu parte, ya que la muerte es personal y actúa como igualadora de ricos y pobres , guapos y feos, tontos y listos, etc. Por lo que llegado a este punto hay que preguntarse una cosa ¿La muerte es buena o mala ?
FICHA TÉCNICA DE:
PLATÓN (427?-347 a.C.).
Filósofo griego, de familia aristocrática. Su nombre originario era Aristocles (Platón es un apodo: «el de anchas espaldas»). Discípulo de Sócrates y maestro de Aristóteles, sus obras, junto con la de este, constituyen los únicos monumentos sistemáticos de la antigua filosofía griega. Hacia el 386 fundó la Academia, donde escribió y enseñó durante 40 años. Sus especulaciones, en forma de diálogos intelectuales, se desarrollan por medio de preguntas y respuestas, en que aparece casi siempre Sócrates como principal interrogador. Su principal aportación al campo filosófico fue su doctrina sobre las ideas, según la cual el mundo que habitamos, esta realidad material ubicada en coordenadas espacio-temporales, no es la auténtica y verdadera realidad, sino tan solo el reflejo de otro orden de realidades, el inagotable, perfecto, verdadero y auténtico: el mundo de las ideas. Sus principales diálogos son:
Protágoras, Gorgias, Fedro, El banquete, Critón, Parménides, El sofista, El político, Las leyes y República.


CRISTIANISMO:
Fundado por Jesús de Nazaret y basado en su vida, su obra y su mensaje, el cristianismo se concentra especialmente en los países de civilización occidental, dividido en tres ramas principales: la católica, la protestante y la ortodoxa, que cuentan, respectivamente, con unos 350, 215 y 130 millones de fieles. Tiene como fundamento la creencia en Dios como creador y Padre, en la Biblia como portadora de su palabra y en Jesús como Hijo de Dios y revelación final de Dios al hombre. En su difusión y mantenimiento sufrió gravísimas crisis: las sangrientas persecuciones imperiales hasta su reconocimiento legal por Constantino en 313; la ebullición de las herejías y cismas medievales, que en parte se conjuraron con los Concilios; superada la Edad Media, el ataque frontal de la Reforma, a la que se hizo frente con la Contrarreforma, iniciada con el Concilio de Trento (1545-63).
Los movimientos cismáticos de la Edad Media y reformistas de la Moderna cuajaron empero en la formación de la Iglesia ortodoxa y las Iglesias protestantes. Las tres ramas han sabido, pese a su escisión, enfrentarse al racionalismo y neopaganismo contemporáneos, imponiendo el ideal cristiano a la vida y cultura.
EPICURO (341-270 a.C.).:
Filósofo griego, fundador del epicureísmo, n. en Samos. En 306 abrió una escuela filosófica en Atenas. Fue consecuente con su máxima «vive oculto y desconocido». Sostuvo una concepción sensista del conocimiento y renovó el materialismo de Demócrito. Afirmó que lo moralmente bueno consistía en el placer, entendiendo por tal la ausencia de dolor y la liberación de las perturbaciones en el alma (ataraxia). Se conocen solo fragmentos de sus obras, como Máximas y De la naturaleza.

LUCRECIO CARO, Tito (98?-55 a.C.).:
Poeta latino, de cuya vida apenas sabemos nada. En su gran obra De rerum natura, poema de seis libros, expone la filosofía de Epicuro y persigue como fin primordial el de liberar a la humanidad del temor a lo sobrenatural y a la muerte.
DEFINICIÓN DE MUERTE:
Es posible que muera una parte del organismo sin que ello origine la muerte del individuo. Los principales signos de la muerte son la suspensión de actividad del corazón y de la respiración, pérdida del tono muscular y falta de sensibilidad para los estímulos dolorosos. Recientemente, dos prácticas médicas han vuelto a plantear el problema de la determinación del momento de la muerte: 1) la posibilidad de mantener, mediante artificios mecánicos, la circulación de sangre oxigenada a través de un organismo irreparablemente dañado; 2) el trasplante de órganos de cadáveres. Ocasionalmente, durante el curso de ciertas enfermedades, una arteria puede quedar bloqueada, lo que provoca la muerte de los tejidos de la parte afectada por carencia de oxígeno y elementos nutritivos; esta muerte localizada de los tejidos se llama necrosis o infarto.
ÍNDICE:
  • PG 1: ÍNDICE
  • PG 2: DEFINICIÓN DE MUERTE
  • PGS 3 , 4 Y 5: RESUMEN DEL TEXTO
  • PGS 6 Y 7: CONCEPCIONES DE LA MUERTE SEGÚN :
  • PG 8: CONCEPCIÓN PERSONAL DE LA MUERTE
  • PGS 9 Y 10: FICHA TÉCNICA DE:

miércoles, 20 de abril de 2011

JIM MARSHALL













Jim Marshall (3 de febrero de 1936 - 24 de marzo de 2010) fue un fotógrafo estadounidense que realizó fotografías a artistas del rock e hizo reportajes en importantes conciertos.[1]
Fue el único fotógrafo que pudo entrar en el camerino de Los Beatles en su último concierto y algunas de sus fotografías más conocidas son de Jimi Hendrix, los Rolling Stones o Johnny Cash.[2] Una de las fotografías mas difundidas de Hendrix quemando su guitarra en el festival de Monterrey, sus fotografías del festival de Woodstock o los retratos a Cash en la cárcel de San Quintín le han convertido en uno de los fotógrafos de reportajes musicales más destacados. Entre los artistas musicales que fotografió se encuentran además Janis Joplin, The Who, Bob Dylan, Chuck Berry o Jim Morrison.[3]
Aunque residía en California murió en Nueva York ya que se encontraba en esta ciudad para promocionar su nuevo libro llamado Match Prints y presentar una exposición el día 26 de marzo.[4

























                         
                                                                                                                                                              


                                                                        Guillermo Velasco Paez

martes, 5 de abril de 2011

DEL PICTORIALISMO A LA FOTOGRAFÍA DIRECTA..

Alfred Stieglitz (1 de enero de 1864–13 de julio de 1946).Fotógrafo estadounidense que durante sus cincuenta años de carrera luchó por hacer de la fotografía una forma de arte al nivel de la pintura y la escultura. Para conseguir este objetivo empezó explorando dentro del campo de la fotografía capacidades propias de la pintura(composición,texturas...) para después recurrir a elementos propiamente fotográficos (profundidad de campo, efecto de corte fotográfico...). Pasó así del pictorialismo a la llamada fotografía directa. A Stieglitz también se le conoce por su matrimonio con la pintora Georgia O'Keeffe.

















domingo, 3 de abril de 2011

Desmontando "la cámara lúcida" de Roland Barthes

PENSAMIENTO Y EXPRESIÓN CIENTÍFICA (material para un debate)


Roland Barthes nació en Cherburgo el 12 de noviembre de 1915 y vivió en Bayona hasta 1924, cuando se trasladó a París. fué un escritor y pensador francés, cuya obra alcanza los campos de la crítica literaria, la comunicación, la filosofía y la sociología Murió en París el 23 de marzo de 1980, víctima de un accidente de automóvil cerca de La Sorbona.
La publicación de su libro Sobre Racine, en 1964, suscitó una amplia polémica en el campo académico francés, a la que contestó con el libro Crítica y verdad (1966). Según Barthes, la obra literaria hay que analizar en el contexto del propio espacio de la obra y no a partir de valores externos a la misma.
Las contribuciones teóricas de Roland Barthes le convierten en uno de los pensadores más importantes de Francia del pasado siglo, considerado como uno de los representantes del postestructuralismo y figura relevante en el desarrollo de la semiótica.
Su influencia en el campo teórico de la comunicación es significativa, especialmente por el papel que adquiere el análisis semiológico, que alcanza a la fotografía, a la que dedica su último libro, La cámara lúcida (1980), la publicidad, la moda, la televisión, etcétera. 
Todas las formas de comunicación son artificiales porque se basan en una estructura social, no en un estado natural. A partir de Sassurre, estudia los signos, que clasifica en iconos, motivados y arbitrarios, en función de la fortaleza de sus arraigos espacio temporales. Todo discurso, su contenido y su referencia a lo real, tiene connotaciones que le dan significación, le atribuyen valores. Todo discurso puede convertirse en signo, mito. Los mitos no crean lenguajes, pero los ponen al servicio de una ideología, haciendo hablar a las cosas por ella.
Barthes analiza el sistema de medios, la 'socio-media-manía', y en especial el mundo de las imágenes, aportando instrumental metodológico para el estudio de su expresión connotativa.



Lo que podemos leer más abajo está extraído de un blog de Manel Haro "el blog de las odiseas" y viene a analizar la obra de éste Crítico, ensayista y semiólogo francés:

"La cámara lúcida es una reflexión sobre la Fotografía en mayúsculas. Roland BartLa cámara lúcida es una reflexión sobre la Fotografía en mayúsculas. Roland Barthes propone una visión personal de este arte huyendo de tópicos y teorías reduccionistas sobre lo que debe ser la observación de la Fotografía. Cada uno experimenta sensaciones diferentes cuando mira una foto y nadie tiene que atenerse a teorías o a esquemas. Cada uno tiene sus motivaciones y en cada uno la Fotografía provoca una reacción diferente. Ésta es la interpretación de Roland Barthes.

Como ya ha quedado claro, este libro es una reflexión personal. Por lo tanto no podemos echar abajo el contenido de un plumazo ni elevarlo a teoría. Lo que dice Roland Barthes es lo que él cree, su visión. Podemos, eso sí, compartirlo, aceptarlo, adaptarlo o rechazarlo. En mi caso no estoy demasiado de acuerdo con lo que dice. Por pasos:


1. Dice Barthes que “la Fotografía reproduce al infinito únicamente lo que ha tenido lugar una sola vez: la Fotografía repite mecánicamente lo que nunca más podrá repetirse existencialmente”.


Estoy de acuerdo y aplaudo esta reflexión. Lo que vemos en una foto no es más que la repetición de lo que ya fue (cada vez que lo miramos, se reactiva, pero jamás vuelve a ser).


2. Continúa: “Una fotografía se encuentra siempre en el límite de este gesto. La fotografía dice: esto, es esto, es asá, es tal cual, y no dice otra cosa; una foto no puede ser transformada filosóficamente, está enteramente lastrada por la contingencia de la que es envoltura transparente y ligera”.


Esto no lo comparto. No puedo aceptar que la Fotografía sea simplemente una exposición deíctica (aquí una tienda, aquí un coche, aquí una calle y aquí una persona). La Fotografía es más, mucho más. Ver estas fotos de Cartier-Bresson y limitarse a decir que no hay mayor contenido que lo que el ojo humano puede ver es tan injusto como reduccionista. Cuando miro las fotos de Cartier-Bresson, Willy Ronnies, André Kertész o Robert Doisneau, mi mente activa una representación de esa realidad que me pertenece como espectador.



3. “La Fotografía nunca es más que un canto alternado de vea, ve, vea esto, señala con el dedo cierto vis-à-vis y no puede salirse de ese puro lenguaje deíctico. Es por ello que, del mismo modo que es lícito hablar de una foto, me parecía improbable hablar de la Fotografía”.


No estoy en absoluto de acuerdo. Me parece inasumible decir que la Fotografía nunca es más que un canto del “pase y vea, pero no saque mayores conclusiones”. Existe la foto y existe la Fotografía.
4. “Cuando me siento observado por el objetivo, todo cambia: me constituyo en el acto de posar, me fabrico instantáneamente otro cuerpo, me transformo por adelantado en imagen. No soy en la foto ni sujeto ni objeto, sino más bien un sujeto que se siente devenir objeto, vivo entonces una microexperiencia de la muerte, me convierto en espectro”.




Me parece una buena reflexión, por eso precisamente los fotógrafos huyen de los posados. La naturalidad es lo que aporta vida y realidad a la fotografía. En el momento en que uno posa, se adentra en una metamorfosis en que pasa de sujeto a “sujeto-objeto”. La foto captará un momento que no se volverá a repetir; será, de algún modo, ese espectro de uno mismo.


5. "La Fotografía me permite el acceso a un infra-saber; me dice mejor que los retratos pintados cómo se llevaban las uñas en tal o tal época. La Fotografía es a la Historia lo que el biografema es a la biografía”.


Lo es. Pero no sólo eso. Es apasionante encontrar una foto antigua y ver cómo viste la gente, cómo se peina, cómo lleva las uñas. Pero no solamente por lo que muestra la foto, sino por lo que nosotros imaginamos a partir de esos detalles. Por eso no podemos reducir la foto al lenguaje deíctico.


6. "No tan sólo la Foto no es jamás, en esencia, un recuerdo, sino que además lo bloquea, se convierte muy pronto en un contrarrecuerdo”. “La Fotografía es violenta no porque muestre violencias, sino porque cada vez llena a la fuerza la vista y porque en ella nada puede ser rechazado ni transformado”.



Lo que Barthes expone es que en el momento en que vemos una fotografía (una muestra de realidad objetiva), ya no podemos transformar nuestros recuerdos, porque la imagen es tan cercana a lo que fue en realidad, que la mente no tiene mucho margen de maniobra para transformarlo. Pero yo me pregunto, ¿no es un recuerdo algo muy cercano a la realidad? La foto es solamente una chispa que activa el motor de la memoria. Yo me veo a mí, de pequeño, jugando en la playa y más allá de la imagen, empiezo a reconstruir mis recuerdos. Una foto jamás puede ser un contrarrecuerdo.


7. “Si no se puede profundizar en la Fotografía, es a causa de su fuerza de evidencia. En la imagen, el objeto se entrega en bloque y la vista tiene la certeza de ello, al contrario del texto o de otras percepciones que me dan el objeto de manera borrosa, discutible, y me incitan de este modo a desconfiar de lo que creo ver”.
Sigue la estela del último punto. Si pretendemos acercarnos a la realidad, ¿por qué rechazar un instrumento –la fotografía- que nos ayuda a configurarla?


8. “Todos esos jóvenes fotógrafos que se agitan por el mundo consagrándose a la captura de la actualidad no saben que son agentes de la Muerte”.


Muerte es aquello que jamás va a volver a cobrar vida. Cuando un joven fotografía algo, en realidad guarda un retazo de realidad que más tarde podrá recuperar para mantenerlo con vida. La Fotografía, una vez más, activa el motor de la memoria. Ese instante, cierto, no podrá repetirse, es un espectro, pero sí podrá rememorarse. Un fotógrafo no es un agente de la muerte, sino un capturador de instantáneas que más tarde conformarán, de nuevo, vida. No puedo decir que La cámara lúcida sea un mal libro, porque ayuda a reflexionar. Incluso contradiciendo a Barthes uno aprende a organizar su posición ante la Fotografía. Yo amo este arte y no puedo conformarme con ver lo que la imagen me muestra. Si me cortan las alas de la reflexión, la imaginación y la recreación, ¿para qué fotografiar?
hes propone una visión personal de este arte huyendo de tópicos y teorías reduccionistas sobre lo que debe ser la observación de la Fotografía. Cada uno experimenta sensaciones diferentes cuando mira una foto y nadie tiene que atenerse a teorías o a esquemas. Cada uno tiene sus motivaciones y en cada uno la Fotografía provoca una reacción diferente. Ésta es la interpretación de Roland Barthes.
El debate está servido.


Publicado por: Chico Carmona